¿Qué puedo hacer si mi hijo/a se niega a comer algo? ¿Es recomendable obligar a comérselo?
Si se niega es porque no le gusta o no tiene hambre, no lo obligue a comer ni lo castigue. Esto solo puede crear malas relaciones con la comida y causar trastornos alimenticios.
¿De qué tamaño deben ser las porciones de alimento que consuma el niño o niña?
No hay un tamaño óptimo, se recomienda porciones equivalentes.
¿Los niños y niñas deben comer mucho para estar bien nutridos?
No. No es la abundancia lo que debe importar, sino la calidad nutritiva de los alimentos.
¿Qué puedo hacer si observo que mi hijo/a tiene sobrepeso u obesidad?
Llevarlo a valoración médica.
¿Es recomendable premiar a los infantes con comida?
No. Nuevamente, usar la comida como premio o castigo puede provocar trastornos alimenticios.
Los bebés ya pueden aprender a caminar y pasan de ser bebés chiquititos a ser niños pequeños.
Los bebés empiezan a caminar cuando la estructura muscular y el sistema nervioso son lo suficientemente maduros para soportar la carga física que supone caminar, y cuando están preparados psicológicamente para afrontar el desafío.
Algunos bebés eluden el intento, bien porque tienden a ser más cautelosos por naturaleza o bien porque les falta confianza en sí mismos.
Anime a su bebé, ofrézcale empujar el cochecito y quédese a su lado, pero por supuesto, no es necesario forzar la situación: todos los niños sanos aprenden a andar cuando están preparados para ello.
Aprender a andar es un proceso. Al principio, los niños se tambalean de un lado y otro – ¡una verdadera imitación del andar de los patos!
En un intento de mantener el equilibrio, caminan con las piernas estiradas y ligeramente separadas, y con los pies y los puños apuntando hacia afuera.
Cuando se sienten seguros, juntan más las piernas, apuntan con los pies hacia adelante, las manos y los brazos, previamente tensos, se relajan y los dejan a los lados del cuerpo.
Cuando el bebé cumple su primer año, suele ser capaz de decir al menos una palabra claramente entendible. Este es un hito que se recibe con entusiasmo.
El lenguaje abre nuevos canales de comunicación mucho más efectivos que las vías no verbales anteriores. A partir de ahora, podrá escuchar lo que su hijo piensa, siente y desea, y se le abrirá una puerta a su mundo interior.
Durante esta etapa inicial del desarrollo del lenguaje, los niños pueden usar una única palabra para expresar una idea o concepto completos.
La palabra "pelota" puede significar “aquí está mi pelota” o “busca mi pelota”. Este tipo de oración de una única palabra se denomina holofrase.
Desde un punto de vista de la inteligencia, la habilidad de su hijo de expresarse oralmente demuestra que el niño entiende que los objetos están asociados con una secuencia fija de sonidos que los representan.
Por lo general, sus primeras palabras están relacionadas con su entorno inmediato: miembros de la familia (mamá, papá), partes del cuerpo (nariz, mano), animales (perro, gato) y objetos (pelota, muñeco). Cuando dice una palabra suele señalar – se trata de una combinación del habla recientemente adquirida, una forma avanzada de comunicación.
No es nada raro que los niños “recopilen” en esta etapa las palabras que entienden e impulsen el desarrollo de su propia expresión oral en una etapa posterior. La comunicación no verbal continúa desempeñando un papel importante, ya que el bebé utiliza gestos, movimientos y acciones para transmitir su mensaje. Asimismo, comprende órdenes sencillas como “tráeme la taza”. Pronto comprenderá órdenes más complejas compuestas de dos elementos como “ve a tu habitación y trae tu osito de peluche”.
Leer con los bebés de 13 a 18 meses
Comience a leerle a su bebé temprano, desde los primeros días de nacido.
Leer y contar cuentos ayuda a los bebés a aprender sobre los sonidos, las palabras y el lenguaje.
Léales despacio a los bebés. Señale palabras e imágenes. Cambia el tono de tu voz mientras lees.
A los bebés les gustan los libros con rima, ritmo y repetición.
A la hora de dormir, del baño, de ir al baño, en el autobús, en el coche, en el parque, en el cochecito, en la cuna, cuando estás en la sala de espera del médico de cabecera... ¡Cualquier momento es bueno para una historia!
Puede hacer que los libros formen parte de su rutina diaria: llévelos con usted para compartirlos y disfrutarlos en todas partes.
Preste atención a la reacción de su hijo a la historia y deténgase si su hijo no lo está disfrutando esta vez. Siempre puedes probar un libro, una canción o una historia en otro momento.
Hay muchas otras formas en que usted y su hijo pueden compartir letras, palabras e imágenes. Por ejemplo, puedes mirar:
Envases en casa o en el supermercado, especialmente envases de alimentos.
Ropa – ¿Qué dice en la camiseta? ¿Qué color es?
Cartas y notas - ¿Qué dicen? ¿Quién los envió?
Letreros o carteles en las tiendas, o en los autobuses y trenes: señale los letreros que tienen las mismas letras que el nombre de su hijo
Menús de restaurantes: puede ser divertido para los niños mayores mirar los menús y averiguar qué quieren comer.
Los bebés comienzan a desarrollar habilidades cruciales en esta etapa. En primer lugar, los conceptos numéricos y de cantidades se hacen evidentes, ya que los pequeños empiezan a comprender que los números representan cantidades. Esto incluye la habilidad de iniciar el proceso de conteo, recitar números en orden secuencial y comparar la medida de objetos, diferenciando entre grande y pequeño, y más y menos.
En el ámbito de la geometría, los niños comienzan a hacer coincidir figuras geométricas básicas, tomando en cuenta sus características. Esta habilidad de reconocer y emparejar formas es fundamental para su desarrollo lógico-matemático. Además, en términos de capacidad y medidas, los pequeños empiezan a explorar conceptos como lleno y vacío, y largo y corto, lo que les ayuda a adquirir nociones prácticas de volumen, capacidad y peso.
Finalmente, la secuencia de patrones es otro hito importante. Los niños de esta edad empiezan a reconocer secuencias y patrones en su entorno, lo que contribuye a su capacidad para anticipar y entender el orden de los eventos. Esta habilidad también incluye la capacidad de apilar bloques y desarrollar el pensamiento simbólico, permitiéndoles construir figuras complejas con bloques y entender la estructura de los objetos a su alrededor.
Ayuda a tu pequeño a reconocer patrones y desarrollar habilidades matemáticas básicas con este juego educativo utilizando figuras geométricas. ¡Perfecto para aprender jugando!
Enseña a tu pequeño la relación entre números y cantidades a través de un juego divertido y sencillo con elefantes. ¡Ideal para comenzar a contar y aprender los números jugando!
Ayuda a tu pequeño a entender conceptos de medida como "grande", "pequeño", "largo" y "corto" con esta divertida actividad. ¡Ideal para desarrollar habilidades lógico-matemáticas desde temprana edad!
En esta actividad, los bebés podrán descubrir las diferencias entre lleno y vacío a través de divertidos juegos con semillas y agua. Perfecta para estimular el pensamiento lógico-matemático y la motricidad fina, esta actividad simple y efectiva ayudará a tu pequeño a desarrollar su curiosidad y comprensión de los volúmenes de los recipientes.
En esta actividad, los pequeños explorarán figuras geométricas básicas y las utilizarán para formar otras figuras como un árbol. Este ejercicio les ayuda a reconocer las formas y sus características, fomentando el desarrollo lógico-matemático
Los bebés comienzan a desarrollar la capacidad de recordar experiencias que ocurrieron unas horas o días antes. Al repetir una experiencia que hicieron anteriormente, como apilar bloques, se muestra que un bebé está recordando una experiencia pasada.
Entre los 13 y 18 meses, los niños combinan acciones simples para hacer que sucedan cosas o cambian la forma en que interactúan con los objetos y las personas para ver cómo cambia el resultado. Eso explica que pasen mucho tiempo explorando cosas y lugares de la casa.
En esta etapa, su comprensión de los objetos que conoce y de sus funciones, así como de las situaciones que ha experimentado le permiten desarrollar la capacidad de jugar simbólicamente, es decir, “jugar a simular” con objetos o juguetes que son símbolos que representan otros objetos que el niño necesita como parte del escenario simulado. Por ejemplo, Una caja se convierte en un barco o una cuerda para saltar se convierte en una manguera de bombero.
El juego simbólico trae un sin número de beneficios al desarrollo cognitivo, social y lingüístico de los niños y niñas. Para que comprendas mejor qué es el juego simbólico y su importancia, te recomendamos ver los videos.
Para que su pequeña o pequeño obtenga los beneficios del juego simbólico, descargue y realice las actividades sugeridas en el “Calendario de Juegos para 13 a 18 meses”.
Escanea el código QR o clic en este enlace: https://forms.gle/MLkwUv6u2dciMVEo6