Cuando los niños se sientan durante largos períodos de tiempo, corren el riesgo de sufrir los siguientes problemas:
Dislocación de cadera: si un niño tiene problemas de cadera, sentarse en la posición W puede ejercer presión sobre las caderas y las articulaciones y aumentar la probabilidad de dislocación.
Fuerza limitada de tronco/núcleo: la postura sentada amplia de la posición W hace que sea más fácil mantener el cuerpo erguido. Los niños sentados en posición W no tienen que usar tanto los músculos centrales y no los desarrollarán como lo harían en otras posiciones sentadas.
Falta de movimientos cruzados del cuerpo: la posición W dificulta que los niños giren la parte superior del cuerpo y se extiendan a ambos lados con uno o ambos brazos.
Los niños ansían y abrazan la independencia: por ejemplo, les encanta comer ellos solos y exigen poder tomar la taza con las dos manos para beber.
Estos seis meses se caracterizan por el rápido desarrollo del vocabulario y la habilidad gramatical que tiene su hijo para construir oraciones básicas. Puede que un día cualquiera se encuentre con que dice unas 10 palabras nuevas... o incluso más. A los dos años puede tener un vocabulario de entre 50 y 70 palabras.
Su hijo comienza a construir oraciones de dos palabras, que expresan claramente su intención, por ejemplo “¡mamá, comer!”. Puede que no utilice preposiciones, verbos o adjetivos, pero no cabe duda de que transmite el mensaje con claridad. Esta forma abreviada de comunicación verbal se denomina habla telegráfica.
Hacia el final del segundo año, su hijo podrá decir si le ha entendido o no a algo que le ha contado.
Cuando tenga la sensación de que no le ha entendido, hará muchas preguntas o repetirá frases similares. Estos son intentos de asegurarse de lo que debe entender. Preste mucha atención cuando su hijo busque nuevas formas de transmitir una idea y asegúrese de alentarle en su intento de explicarse de nuevo – especialmente cuando esté visiblemente frustrado porque no le entiende.
Evite regañarlo y evite negarle respuesta a sus preguntas.
Leer con los pequeños de 19 a 24 meses
El desarrollo de la alfabetización es una parte vital del desarrollo general de su hijo. Es la base para tener un buen desempeño en la escuela, socializar con los demás, resolver problemas, tomar decisiones, desarrollar la independencia, administrar el dinero y trabajar.
Pero antes de que los niños puedan aprender a leer y escribir, deben desarrollar los componentes básicos de la alfabetización: la capacidad de hablar, escuchar, comprender, mirar y dibujar.
Y a medida que los niños crecen, también necesitan aprender sobre la conexión entre las letras de una página y los sonidos hablados. Para que esto suceda, su hijo necesita mucha experiencia con:
imágenes y objetos: cómo puede usar palabras para hablar de ellos
letras y palabras: cómo se ven y suenan, y cómo se llaman
sonidos: cómo las palabras pueden rimar, comenzar y terminar con las mismas letras, dividirse en partes como sílabas , formarse combinando diferentes sonidos, etc.
Usted puede ayudar con todas estas áreas del desarrollo temprano de la alfabetización de su hijo al:
comunicarse con su hijo
leyendo juntos
jugar con rimas y otros sonidos con su hijo.
Y la buena noticia es que puedes hacer esto de maneras que sean divertidas para ambos.
Es bueno leer con su hijo a menudo. Lo mejor es empezar a leer desde el nacimiento, pero nunca es demasiado tarde para empezar. Leer con los niños desde una edad temprana les ayuda a desarrollar una base sólida para la alfabetización. También promueve la vinculación y es bueno para la relación con su hijo.
Al leer juntos, les mostramos que los libros no solo brindan placer, ¡sino también valiosa información!
Ayudamos a que aprendan los sonidos de las letras en el lenguaje hablado, sentando las bases para su desarrollo lingüístico.
Les enseñamos que las historias provienen de las palabras en la página, lo que les ayuda a comprender cómo funciona la palabra impresa.
¡Expandimos su vocabulario! Los libros introducen nuevas palabras y conceptos, enriqueciendo su capacidad de comunicarse.
Fomentamos sus habilidades de pensamiento y resolución de problemas al desafiarlos a reflexionar sobre nuevos conceptos y eventos.
Les brindamos una ventana al mundo. A través de la lectura, exploran la comunidad, la sociedad y el vasto universo que los rodea.
Elija libros que se levanten con solapa, con texturas para tocar y sentir o libros con palabras que rimen o se repitan para los niños más pequeños. ¡La diversión está garantizada!
Anime a su hijo a sostener el libro y pasar las páginas. Esto ayuda a su hijo a comenzar a comprender que el libro debe estar de cierta manera hacia arriba y que las páginas siempre se giran en la misma dirección.
Deslice su dedo debajo de las palabras mientras las lee, señalando cada palabra. Esto le enseña a su hijo sobre la letra impresa y le muestra que siempre comenzamos por la izquierda y nos movemos hacia la derecha cuando leemos. Podría preguntar, '¿Dónde debo comenzar a leer en esta página?', o '¿Conoces esta letra?'. ¡Es el primer paso hacia la alfabetización!
Exploren juntos las imágenes y fomente conversación sobre las imágenes que señala su hijo. ¡Cada página es una nueva aventura!
¡Haz sonidos de animales y objetos del libro para añadir un toque de diversión y creatividad a la lectura!
En esta etapa, los niños comienzan a desarrollar una comprensión básica de las nociones de tiempo. Aunque su percepción del tiempo es aún muy limitada y viven mayormente en el presente, empiezan a reconocer y anticipar eventos cotidianos basados en rutinas diarias. Este reconocimiento incluye palabras como “antes”, “pronto”, “ahora” y “después”, lo que les ayuda a estructurar su día a día.
Otra habilidad clave que se desarrolla en esta etapa es la capacidad de entender el cambio y la conservación de los objetos. Los niños se dan cuenta de que pueden cambiar la forma o el uso de los objetos y que, aunque los manipulen de diferentes maneras, su esencia sigue siendo la misma. Por ejemplo, si moldean una bola de plastilina en diferentes formas o la rompen en varios pedazos, comprenden que sigue siendo la misma cantidad de plastilina.
Además, los niños empiezan a notar el efecto de sus acciones sobre los objetos. Sus juegos suelen ser repetitivos pero con pequeñas variaciones que les permiten aprender sobre la fuerza, la dirección, la cantidad y el peso de los objetos. Por ejemplo, al lanzar una pelota en distintas direcciones o con diferentes niveles de fuerza, obtienen información sobre las consecuencias de estos cambios.
El desplazamiento de los objetos es otro concepto que los niños comienzan a entender. Ahora pueden prever el movimiento de un objeto en el espacio sin necesidad de seguir toda su trayectoria con la vista. Por ejemplo, al lanzar una pelota debajo de un sofá, pueden anticipar por dónde saldrá.
Estas habilidades son fundamentales para el desarrollo del pensamiento lógico matemático en los niños de 19 a 23 meses, y sientan las bases para aprendizajes más complejos en el futuro.
Ayuda a tu pequeño a comprender cómo los cambios en fuerza, dirección y peso afectan los resultados de sus acciones.
Enseña a tu pequeño a comprender cómo los objetos se mueven en un espacio y a predecir hacia dónde van.
Ayuda a tu pequeño a comprender la secuencia de eventos y la relación causal entre ellos. Con esta actividad, aprenderá a distinguir entre lo que ocurre "antes", "ahora" y "después", desarrollando sus habilidades lógico-matemáticas de manera divertida y visual.
Ayuda a tu pequeño a comprender cómo los cambios en fuerza, dirección y peso afectan los resultados de sus acciones.
La comprensión de los pequeños y pequeñas ha aumentado durante este período, ya que comienzan a identificar objetos comunes y se vuelven más creativos al explorar el mundo. También comienzan a pensar y razonar de manera compleja y tienen la capacidad de verse a sí mismos como uno y desarrollar un sentido de sí mismos.
Entre los 19 y 24 meses los niños y niñas desarrollan la capacidad para:
Clasificar objetos según formas, colores o funciones.
Participar en juegos de fantasía.
Imitar las actividades del hogar, por ejemplo, bañar al bebé, barrer el piso.
Llamarse a sí mismo por su nombre, usa 'yo', 'mío', 'lo hago yo mismo'.
Apuntar a objetos cuando se nombran.
Para comprender mejor el desarrollo intelectual del bebé en esta etapa,
recomendamos ver los videos:
Para que el pequeño o pequeña desarrolle la capacidad de generar estrategias mentales,
consulte y descargue el “Calendario de Juegos para 19 a 23 meses”
Escanea el código QR o clic en este enlace: https://forms.gle/MLkwUv6u2dciMVEo6